LORDEMANO - JOSÉ ZOILO HERNÁNDEZ


Un joven educado para regir el destino de los suyos.

Un viaje a la península en un siglo convulso.

Solo un vikingo puede ser libre más allá de sus fronteras.

Siglo IX. Hrolf Ragnallson ha dejado atrás su Noruega natal y ante el ocaso de su padre, como primogénito, será el encargado de capitanear el Águila de las Tormentas y dirigir a sus hombres hacia otras costas, con la esperanza de obtener fortuna y renombre. Atraída por las legendarias riquezas de al-Ándalus, la gran flota vikinga pone sus miras en la península y arriban a Galicia. Confían en saquear cuanto encuentren a su paso sin dificultad, pero ignoran que Ramiro, el rey asturiano, ha decidido presentar batalla. Cuando el ejército vikingo es derrotado, Hrolf se convierte en un esclavo al que otorgan el nombre de «lordemano». A partir de entonces deberá sobrevivir en ese territorio de cultura extraña, en una aventura en la que las guerras, las traiciones inesperadas y las pasiones imposibles serán únicamente el comienzo de su lucha por la libertad, la venganza y el amor.

Tras la trilogía Las Cenizas de Hispania y El nombre de Dios, José Zoilo se ha consagrado como uno de los mejores novelistas históricos de España. En esta novela, repleta de acción, nos presenta a un personaje que permanecerá para siempre en el corazón de los lectores.

José Zoilo. Lordemano. Penguin Random House Grupo Editorial España.

Me pasa una cosa: cuando me entero de que José Zoilo Hernández va a publicar un libro próximamente, me pongo toda contenta y deseo tenerlo en mis manos ayer. Y cuando lo tengo, antes de abrirlo, siento cierto miedo. Me cuesta trabajo imaginar que lo siguiente va a estar a la altura de mis expectativas, dado lo que he leído de él. Si Attax El Alano fue soberbio, los héroes a la fuerza de El Nombre de Dios me parecieron insuperables.

¡Qué errada estaba! Llegó Hrolf Ragnallson, un vikingo, para darme en los morros por prejuiciosa y quitarme esos temores. Hasta tuvo el detalle de venir a Spanland, como conocía él a lo que sería España en el futuro, a hacérmelo saber. Eso sí, parece que tenía segundas intenciones no muy pacíficas. En vez de pillarse él solito una tarifa baratita con Ryanair o similar, excusándose en que no había de eso en el S. IX, se presentó con barcos dragón llenos de tipos grandes y raros, con escudos y hachas. Y claro, así le lució el pelo en su homérico periplo.

Acostumbrados a saquear territorios allá por tierras britanas y francas, sin que les plantaran mucha cara por el miedo que inspiraban su ferocidad y falta de compasión, no esperaban encontrarse con la tenaz resistencia de los asturianos y sus enemigos los musulmanes, avezados en mil combates. Horma de un zapato que terminaría apretándoles en demasía hasta casi dejarles sin pie.

Cita del inicio de Lordemano de José Zoilo Hernández

Antes que nada dejadme contaros un secretito. Pero como yo, haced como que ya lo sabíais, por aquello de no quedar mal, que tenemos que conservar la fachada de culturetas: los cascos de los vikingos no llevan cuernos. Eso fue un invento de los pintores románticos; se ve que los cuernos para beber hidromiel no les lucían bien en la mesa para que el cuadro quedara bonito, y les encajaba más ponérselos en los cascos. Licencia pictórica. Que digo yo. O igual la mujer de alguno se los puso con uno del Norte, el artista se la devolvió pintándoselos y creó tendencia. A saber…

Ojito, que lo que va en itálica es producto propio de esta mente rara redondalera que suscribe. Pero lo que va en normal no, eso lo he leído en las Notas históricas que Zoilo escribe al final de “Lordemano”. No vayamos a liarla…

La concepción del mundo según los Hombres del Norte. Lordemano. José Zoilo Hernández

Como os he anticipado, Lordemano, el nombre que los futuros españoles daban a los invasores del Norte – ya fueran noruegos, daneses o verdaderamente normandos; para ellos, todos eran normandos, pues su significado es “hombres del norte”, o lordemanos – es un pedazo de novela histórica. Y quedaos bien con eso de que se trata de una novela, pues aunque Zoilo narra la Historia de forma veraz, y algunos personajes existieron, usa caracteres ficticios que, aunque bien pudieran haber vivido, permiten al autor narrar lo que aconteció en modo de gran aventura.

Comienza la historia con Hrolf, joven hijo de un jarl asentado en Irlanda, y su familia. No siendo hombres acostumbrados a la vida sedentaria, sino marinos y guerreros, y a fin de aplacar posibles problemas con su liderazgo, el gobernante envía a algunos de ellos a una expedición. A priori se la presupone fácil y poco peligrosa, una incursión rápida en un territorio cercano con el Águila de las Tormentas, el drakkar del jarl. El barco sufre serios daños tras una tormenta que les desvía de su ruta, arribando a las costas de Wessex.

Allí recibe la propuesta que cambiará su vida e iniciará la epopeya de Hrolf Ragnallson en Spanland. No regresará a su hogar, su amada Erin (Irlanda) y junto a los suyos, hasta catorce años después. Tras ser derrotado y apresado en Gallecia, subsistirá durante años como esclavo hasta ser escogido por Gatón, caballero cristiano que sería Conde de El Bierzo, para luchar en sus filas contra los musulmanes con la promesa de su futura liberación.

Resulta cuanto menos curiosa, y a veces hasta hilarante, su inmersión en la cultura y religión hispanas, tan diferentes a su educación noruega. Los pasajes en que Hrolf nos cuenta su extrañeza suponen un respiro en la narración de la dolorosa experiencia de un guerrero que pierde su dignidad de tal y casi su identidad. Las va recuperando a lo largo de los años con ayuda de personajes como el noble Gatón, o sus compañeros de infortunio, el sabio Gisli, el alegre y leal Torfi, el fuerte y tenaz Aren, Thorvald o la bella Auria, merecedora de su propia historia. El lector irá tomándoles un cariño parejo al del protagonista a lo largo de las páginas del libro.

Como siempre, la detallada y realista descripción de las batallas de Zoilo es absolutamente magistral; no solo por lo que se ajustan a los hechos históricos y al detalle de la planificación y ejecución, sino porque enganchan tanto, son tan visuales, que crees estar viviéndolas o viéndolas en una película. Y tremendamente didácticas.

Siendo su prosa tan amena y rica como de costumbre, en esta novela cabe destacar que el autor se ha estrenado con cierto lirismo en las descripciones, algo a lo que no nos tenía acostumbrados. Pero sin pasarse, queridos míos, que Zoilo es Zoilo y le va la sangre. Afirmo. Y a mí me encanta cómo lo hace. Porque me hace vibrar como pocos libros lo consiguen. Siendo sus protagonistas ficciones en la Historia, cada uno de ellos termina teniendo vida propia. No imagino un mundo sin Attax, Ademar o Hrolf. Han tenido que existir, aunque sea con otros nombres porque si no, dejo de creer en los héroes.

Si después de todo esto no leéis Lordemano me apenaré por vosotros, porque os estáis perdiendo algo.

Y como siempre, gracias a mis chicas de #SoyYincanera por proponer y compartir Lectura Simultánea en Twitter. Es un importante valor añadido a cada libro que leo con ellas. Cada vez más.

  • Editorial ‏ : ‎ B (Ediciones B); 001 edición (14 octubre 2021)
  • Idioma ‏ : ‎ Español
  • Tapa dura ‏ : ‎ 592 páginas
  • ISBN-10 ‏ : ‎ 8466670319
  • ISBN-13 ‏ : ‎ 978-8466670319
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