DENTRO DEL LABERINTO - HOMENAJE A DAVID BOWIE
Querido David:
Permíteme que te tutee, pues sé bien que los formalismos no van contigo. No en vano rechazaste pertenecer a la realeza británica como quería Isabel II.
“No tengo intención de aceptar una de esas cosas. Seriamente, no sé para qué sirven. Yo no me he pasado la vida trabajando para eso”
“No me corresponde hacer un juicio sobre Jagger, es su decisión. Pero esas cosas no van conmigo”
David Bowie
Fuente: Quarter Rock Press
Tampoco te va ir de figurón, a pesar de ser un grande entre los grandes. Aún recuerdo cuando trabajaba con la discográfica que organizaba tus eventos en España. Llegaste a un gran hotel de lujo de Madrid con tu porte aristocrático, no tan alto como te creía- aunque sobre un escenario parecías medir 3 metros -, blanco y muy delgado, haciendo honor a tu sobrenombre The Thin White Duke, destacando sobre la gente… los botones estaban saturados y nadie se hacía cargo de tu equipaje. En vez de la bronca que cualquier otra estrellona o empresario exitoso hubieran montado, tú tomaste tu maleta y con una sonrisa la subiste tú solo a tu suite. Y yo te adoré más (Y más después de haber sufrido las ínfulas de una insufrible cantante rubia americana de moda … oops, I told it again)
Ya había tenido la inmensa suerte de verte años antes en el escenario, en tu Glass Spider Tour. No eras una estrella allí encima; eras el mismo sol.

Hoy habrías cumplido 75 años, y quiero rendirte mi particular homenaje trayendo al Redondal una de tus películas que para mí es de culto. No es Feliz Navidad, Mr. Lawrence, aunque me encantara, como todo lo que hacías, sino Dentro del Laberinto, pues creo que Jareth, oscuro y malvado Rey de los Goblins, fue uno de los personajes más fascinantes y emblemáticos de tu carrera.
El bellísimo y simbólico tránsito de la niña Sarah (Jennifer Connelly) mientras atraviesa el laberinto acompañada de Ambrosius, Ludo y Sir Didymus, que defendía el puente con tanta valentía pese a su tamaño, quedaron grabados en mi retina y mis oídos para siempre. Pero yo, magnífico Rey Jareth, no hubiera roto nunca la esfera para dejarte atrás. Y menos sabiendo las que me esperaban al crecer.

Dejemos, David, mi Mr. Lawrence, mi Duque entre duques, que sean las webs especializadas las que hablen de la película. Lo harán sin dudas mejor que yo. Solo vamos a asombrar a quien por aquí pase con la escena en que Sarah rompe la magia, con ese durísimo “Tú no tienes poder sobre mí”, y sale del sueño.
Vivirás mientras vivamos. Feliz Cumpleaños.

Siempre tu rendida admiradora,
Pilar, la Eremita.
Ficha técnica y argumento en Filmaffinity
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