LA CERILLERA- H.C. ANDERSEN
Me consta que no os he felicitado las fiestas. No es porque no os desee felicidad. Lo hago. En todos y cada uno de los momentos del año. Es solo que no puedo porque no me sale ni de la boca ni de los dedos. Estoy viviendo uno de los momentos más duros de mi existencia, nuevamente. Cuando pienso que la vida no me puede ahogar más, va y aprieta todavía, mermando mi capacidad de respirar hasta el límite necesario para la supervivencia… O eso creo, porque si algo me está enseñando la muy puta, y lo siento por la palabra, es que te puede ahogar y tú sigues viviendo, que es mejor no desafiarla, porque siempre te gana.
No os voy a contar la razón. Ya lo haré, en su momento. Algunos la conocéis; otros la conoceréis (ojalá no, pero…) Yo seguiré, un poco más rota. Pido que no me mandéis ánimos por favor, me da urticaria. Solo abrazos, solo sentiros ahí, al otro lado de la pantalla. Con eso me basta. Y me ayuda.
Aun así os quiero dejar un regalo de navidad. No con mis palabras, pues tengo pocas ahora, sino con las de alguien que nos hace “vivir del cuento” con magia y maestría, el maestro Andersen, inmortal a través de sus personajes que perduran por siglos. Me encantaba leer este cuento en Navidad. Me hacía llorar, me emocionaba, y me hacía creer en el “después”. Y leer a este gran danés (je, de esos que no ladran sino que son de Dinamarca) es un absoluto deleite para nuestro niño interior.
Disfrutadlo gente. Yo me voy a encender fósforos. Debo contaros que dudaba si traer a Perrault, Piel de Asno en concreto que también me encanta. Así es que os dejo un bonus, que es periodo de cuentos.
Os veo pronto. O esa es mi intención a día de hoy.
Imagen de Pinterest mx
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